Origen:
Existen diversos relatos sobre el origen del dulce de leche. Varios de los países donde se produce se atribuyen su invención; sin embargo, ninguno posee la denominación de origen.En 2003, el cronista argentino Víctor Ego Ducrot manifestó que el dulce de leche se originó en Chile, llegando a Cuyo y luego a Tucumán, donde se utilizó como relleno para los alfajores. En 2008, durante el Primer Seminario de Patrimonio Agroindustrial de Mendoza, el arquitecto argentino Patricio Boyle dio cuenta de que en 1620 el Colegio de Mendoza reportó en su libro de gastos la importación de varios frascos de «dulce de leche chileno»: «Se importan en el siglo XVII varios frascos de manjar, el célebre dulce de leche de origen chileno y que viajan a través de la cordillera hasta el colegio de Mendoza».En Chile existen registros de su consumo desde la época colonial.
En Brasil, se encuentra un relato escrito acerca de la producción de dulce de leche, datado en el estado brasileño de Minas Gerais en 1773.
En Argentina, se encuentra en el Museo Histórico Nacional un relato escrito6 que fecha la invención del dulce de leche hacia el año 1829 en instancias en que estaban por reunirse para firmar un pacto de paz (Pacto de Cañuelas) Juan Manuel de Rosas y su enemigo político (y primo hermano) Juan Lavalle en la estancia del primero en el partido de Cañuelas, en las afueras de Buenos Aires. Lavalle fue el primero en llegar y, fatigado, se recostó sobre el catre de Rosas y se quedó dormido. La criada de Rosas, mientras hervía leche con azúcar (preparación conocida en esa época como "lechada") para acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo sobre el catre de su patrón. Ella lo consideró una insolencia y fue a dar aviso a los guardias. Poco tiempo más tarde arribó Rosas, que no se enfadó con Lavalle y pidió a la criada el mate con leche, quien recordó en ese momento que había dejado la leche con azúcar al fuego durante un largo tiempo. Al regresar a buscar la lechada, la criada se encontró con una sustancia espesa y de un color similar al marrón. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto.
El mismo Ducrot, en su libro Los sabores de la Patria sobre la gastronomía argentina, explica que la anécdota de Rosas solo es una mistificación derivada de otra acontecida doce años antes en Chile. Indica que la difusión del producto hacia el Río de la Plata y Perú se habría producido tras la llegada del Ejército de los Andes a Chile en 1817 y que el principal responsable de la promoción del producto fue precisamente el libertador argentino José de San Martín a quien, en lugar de la lechada, se le ofreció «manjar» para atenuar el amargor y endulzar su mate. A San Martín, reconocido sibarita, le gustó de tal forma el «manjar» de leche que decidió llevarse varios frascos en la Expedición Libertadora del Perú para él y su hombres. En su retorno hacia La Plata, se llevó otros frascos junto con la receta para producirlo.
El naturalista suizo Johann Rudolf Rengger, quien viajó al Paraguay entre 1819 y 1825, menciona en su libro Viaje al Paraguay en los años 1818 a 1826, la elaboración de dulces producidos, entre otros, a partir de leche y almíbar de azúcar. En este país el dulce de leche se considera un producto tradicional.
Uruguay argumenta que el dulce de leche debería considerarse típicamente rioplatense y no exclusivamente argentino, como la casi totalidad del patrimonio cultural de ambos países. En torno a este hecho se desató una polémica cuando en abril de 2003 la Secretaría de Cultura de la Nación de Argentina anunció su intención de declarar patrimonio cultural argentino el asado, las empanadas y el dulce de leche. En respuesta a este intento, Uruguay elevó un pedido ante la Unesco para que esos tres productos se consideren, debido a su origen incierto, integrantes del patrimonio gastronómico del Río de la Plata.El organismo aún no se ha expedido sobre el tema.
Rodolfo Terragno asegura que el dulce de leche se encuentra en diversas culturas antiguas. En el Āyurveda, por ejemplo, aparece con el nombre de rabadi y se recomienda para evitar enfermedades y corresponde al postre de la India actual más comúnmente llamado rabri. No obstante su parentesco como subproductos lácteos, el rabadi (al que Terragno llama "dulce de leche blando") es un subproducto del yogur, y el khoya (al que denomina "dulce de leche duro") es ricota.
Ingredientes:
1 l de leche entera350 g de azúcar
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
vainilla.
Preparación:
De forma tradicional el dulce de leche se hacía en olla de cobre, pero utilizaremos una cazuela normal. Calentamos la leche con el azúcar a fuego medio, para que éste se disuelva. Añadimos el bicarbonato y la vainilla y removemos. La vainilla podemos usarla en forma de extracto, esencia o semillas, lo que tengamos, en la cantidad deseada para dar un poco de aroma.Dejamos cocer la mezcla durante unas dos horas, removiendo de vez en cuando con una cuchara de palo para que no se pegue, a fuego más bien bajo, no debe hervir. El agua que contiene la leche se irá evaporando, el líquido disminuirá y notaremos como poco a poco se va espesando y tomando color.
El tiempo es un poco orientativo, según el fuego de cada uno. La última hora es la más delicada ya que el dulce de leche está más espeso y no debemos dejar de remover para evitar grumos o que se pegue al fondo de la cazuela.
Retiramos del fuego cuando consigamos una consistencia similar a la de una natilla. Fuera del fuego seguimos removiendo durante 5 ò 10 minutos más para que el dulce de leche se enfríe un poco. Notaremos como todavía se espesa y reduce un poco más. Vertemos en frascos y guardamos, bien esterilizando o refrigerando, como prefiramos.
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